dimarts, 20 de juliol del 2010

Los chicos "normales" o con problemas de aprendizaje son los que más necesitan del ajedrez


El ajedrez ha conducido a pensar en niños y adolescentes inteligentes pero se ha demostrado que, también puede beneficiar a quienes no son los primeros de la clase. Especialistas consultados al respecto afirman que el ajedrez es una herramienta que potencia el desarrollo   cognitivo y emocional de niños y adolescentes. Y si se aprende desde edad temprana, mejor. La práctica de este deporte estimula la concentración y la creatividad, facilita el aprendizaje y el cambio de actitudes.
Cuando el niño aprende a jugar ajedrez, también aprende a no sufrir los golpes emocionales de la derrota, pues ve en los retos, los conflictos y la competencia no una amenaza para su autoestima, sino una oportunidad para mejorar.
Encuentran placer y diversión en el trabajo mental y eso los ayuda en el estudio y cambia la percepción de sí mismos", afirma Cáceres Sayón.
 El ajedrez desarrolla el razonamiento estratégico, clave para la solución de problemas matemáticos y los que se presentan en la vida diaria.

Adiós a los estereotipos
"El ajedrez no debe ser visto como un campo de batalla para medir la superioridad o inferioridad mental de las personas, sino como una herramienta para el aprendizaje estratégico y cooperativo", sostiene el ajedrecista José Bernardo Cáceres Sayón.
El psiquiatra Enrique Galli Cambiaso, de la clínica Ricardo Palma,  recuerda que el aprendizaje del ajedrez es recomendable entre los 8 y 14 años, y para alentarlo, a los más chicos se les puede premiar por cada logro, y a los más grandes, hablándoles de que el juego redundará favorablemente en su rendimiento escolar y desarrollo de habilidades.

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