Actualmente, dicen algunos estudios, se calcula que entre un tercio y la mitad de los superdotados acaban fracasando en los estudios.
Se trata de estudiantes con grandes capacidades de una o varias inteligencias pero que, sin embargo, no logran adaptarse al sistema educativo. Éste parece estar preparado solamente para reconocer al talento académico como único para considerarlo como un superdotado.
El talento académico se caracteriza (estereotipo) por una mayor precocidad a la hora de aprender a leer y escribir, por tener una gran curiosidad y por tener un gran sentido del orden. Habitualmente son alumnos con notas muy buenas, pero no incluye otras habilidades, como por ejemplo la interpersonal o intrapersonal.
Por otro lado, los superdotados, detectados en un 3% en las escuelas, pueden tener dificultades para seguir lecciones académicas porque no encuentran comprensión en sus particulares métodos de aprendizaje y entre profesores y compañeros.
Para atender a este alumnado, hay dos instrucciones básicas: la atención especializada y los estímulos.
Desgraciadamente España no va en ese camino. Por un lado, los recortes en educación nos dejan un profesorado justo para atender los mínimos. Por lo tanto menos tiempo para atender a la diversidad.
Por otra parte, el ministro José Ignacio Wert prevé eliminar algunas asignaturas para centrarse en las instrumentales, lo que restará la diversidad de estímulos que dan asignaturas como música, plástica o educación física.
La política Española quiere conseguir recortes en el desarrollo de la inteligencia. Triste...!
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